Van desde diciembre a abril. Pueden ser contratados desde en una pista de esquí hasta de guardavidas. Estiman que sobre 3.500 jóvenes que viajan de todo el país, 1.500 son de Mar del Plata.
Por Natalia Prieto
Viajar al exterior y trabajar, adquirir experiencia laboral y de vida, conocer otras culturas y territorios y, de paso, traer unos dólares de ahorro forman parte de las posibilidades que ofrece el programa “Work&Travel” (trabajo y viaje) a estudiantes universitarios o terciarios.
El mismo fomenta el intercambio cultural y les permite a jóvenes de todo el país trabajar en distintos puntos geográficos de Estados Unidos, teniendo además la oportunidad de estudiar y practicar el idioma nativo durante sus vacaciones de verano.
Los objetivos del programa van desde “fomentar el crecimiento personal, mejorar la competencia en el idioma inglés, abrazar diversas culturas” hasta “forjar nuevas amistades”. Y el acceso solo se da a través de agencias oficiales homologadas por la Embajada de Estados Unidos.
Desde Mar del Plata, cada vez son más los jóvenes que se suman a la experiencia de vivir en tierra norteamericana desde diciembre a abril. Según las estimaciones de las agencias homologadas para brindar el servicio, sobre “unos 3.500 jóvenes que viajan de todo el país, 1.500 son de Mar del Plata”.
En la ciudad, el programa comenzó a funcionar hacer 30 años de la mano de Perla Macia, directora de Bewat Argentina. “En el viaje inicial participaron siete chicos de acá. Ahora son cada vez más”, recordó.
“En un principio empezamos con chicos desde los 20 años, ahora ya pueden empezar a los 18 si cumplen con los requisitos”, contó a LA CAPITAL.
Entre las condiciones pedidas figuran estar cursando alguna carrera, tanto universitaria como terciaria, y tener buen manejo del idioma. Con el correr de los años, “aumentaron las consultas y las listas de espera”. “La Embajada de Estados Unidos puso un tope de participantes y muchos no alcanzan a conseguir su cita”, explicó Macia. Y añadió: “También la recesión golpeó en Estados Unidos y toman menos gente, además de la reducción de visas que impuso la Embajada. El año pasado tuvimos 5 mil interesados en ir y solo dieron 3 mil visas”.
Las agencias se encargan de todos los trámites necesarios para trabajar en tierra norteamericana e incluso genera los contactos entre los empleadores y los futuros empleados. Además son un soporte en Estados Unidos para cualquier necesidad que tengan los jóvenes viajeros.
Variedad
Los estudiantes-viajeros pueden optar entre tres ejes para vivir y trabajar: calor y playa, río y nieve o grandes ciudades. En tanto, los trabajos abarcan desde instructor de esquí a guardavidas, además de distintas posiciones en hoteles o gastronomía. De todos los trámites legales se encarga la agencia, al igual que de generarles “el match” entre los posibles empleadores.
“Ya salen desde acá con el trabajo asignado y la vivienda”, explicó Macia, especificando que los jóvenes con el trabajo que realizan -no pueden superar las 35 horas semanales- “cubren el costo del programa y si no se gastan todo el dinero allá, pueden traer un remanente como ahorro”.
A través del programa “Work&Travel”, Fátima Carreras pudo cumplir con su sueño de “conocer y esquiar en Aspen”, contó. Familiarizada con ese deporte desde pequeña, en 2014. “Cuando cursaba el primer año de Comercio Internacional en Caece me anotó en el programa y viajé y fue un oportunidad increíble”, contó.
“En los primeros años no había ningún marplatense en Aspen, ahora parece Playa Grande”, celebró la estudiante de Comercio Exterior y Marketing.
Su motivación siempre fue capacitarse como instructora de esquí, aunque su primer trabajo fue “de ‘guest services’ en la montaña de Buttermilk”. “Aspen tiene 4 montañas: Aspen Mountain, Highlands, Buttermilk y Snowmass. y también rendí mi primer examen para certificarme como instructora de esquí para la organización nacional de Estados Unidos (Professional Ski Instructors of America)”, relató. Y, enseguida, explicó: “Ese fue el primer examen dentro de un proceso muy largo y difícil para ir fortaleciendo mi perfil y continuar capacitándose. Durante estos años ya obtuve mi certificación especializada en niños (nivel 1 y 2), mi nivel 2 de esquí alpino y estoy por rendir el nivel 3, ya logrando estar completamente certificada”.
Su objetivo, después de diez años de viajes continuos solo interrumpidos por la pandemia de Covid-19, es “continuar estudiando, entrenando y desarrollándome profesionalmente en la industria del esquí en Estados Unidos”. Y tal es así que desde 2016 forma parte del equipo sincronizado de esquí “Aspen Divas”, con quienes participan “cada invierno en una competencia mundial con equipos de distintos centros de esquí”. Este año, la competencia será el 27, 28 y 29 de marzo en Telluride, Colorado.
Recomendación
La marplatense Luisa Vigil tiene 21 años, estudia Economía Empresarial y cumple con su primera experiencia en “Work&Travel”. “Arranqué a mediados de diciembre y vuelvo el 2 de marzo y la experiencia es muy buena”, contó la joven que se desempeña en el spa del hotel Saint Regis de Aspen.
“Me tocó vivir con parte de mi familia y la experiencia es muy buena -añadió-, porque me ayudaron un montón para sentirme muy cómoda porque ya tenían varias temporadas acá”.
Además de la cuestión laboral, destacó lo social. “Ya la primera semana se armó un grupo súperlindo de argentinos, peruanos, chilenos, todos de entre 20 y 27 años, aunque el promedio es de 21”, describió.
En ese sentido, no dudó en recomendar la experiencia. “Es muy linda y para el marplatense es una oportunidad increíble”, aseguró que con el nuevo grupo de amigos comparten programas como “salir o ir a comer” y destacó “el intercambio cultural” que comparten.
Sofía Ramond tiene 19, es oriunda de Mendoza, y también en su debut con el programa se mostró “muy contenta con la experiencia y el trabajo en la escuela de esquí de una de las montañas de Aspen”.
“Es una experiencia muy valiosa -reseñó- y la recomendaría no solo por el tema económico, sino porque también aprendés muchísimo de otras culturas”.
Enfocada en su caso personal, contó que su compañera de vivienda es brasileña y le está enseñando español y ella portugués. “Nos divertimos y súper recomiendo la experiencia”, dijo.